Antes de la refutación al primero de los links ofrecidos "Yo no soy libertaria" [y yo tampoco], va esta aclaración sobre las fotos elegidas: Yael es muy hermosa y no supe con cuál de todas sus fotos quedarme, de modo que sólo la primera coincide con el video al que remite. La tercera foto corresponde al video "Je suis Isis" y merece varios comentarios, el primero es que el título es un sarcasmo sobre un supuesto colaboracionismo del gobierno de belga con los extremistas islámicos por inacción, y el momento preciso de la foto es cuando elogia a un grupo de Hooligans con una Coca-Cola en su mano izquierda. Pues bien hace muchos años yo hice con la Coca-Cola lo mismo que Yael hizo contra el Shampoo, y se da la coincidencia de que nuestros cabellos huelen igual pues yo me lavo con jabón de coco y apenas lo acondiciono con exactas dos gotas de "Oleo de Argan" [huele tan rico que me asombra que no se use en repostería]. Pues bien, indirectamente mi crítica a los libertarios es sobre quién va a controlar lo que ponen adentro del shampoo, más la Coca-Cola, hamburguesas, hot-dogs, cigarrillos [para aumentar la dependencia], e incluso hasta en el agua potable y el agua mineral embotellada en PVC, y remarcando que el paraíso comunista no es el reino de los productos naturales, sino otra farsa peor en donde venden copias baratas de las mismas porquerías que nos venden en occidente las empresas privadas propiedad de buenos liberales conservadores, aunque un poco cretinos.

Y no se tratan de bromas del primer mundo vendiéndonos su basura o contaminándonos el medio ambiente por ser de todos modos unas despreciables ratas subdesarolladas tercermundistas que no nos merecemos lo que tenemos, pues estos sujetos empiezan perjudicando a sus propios compatriotas, y en un nivel que los gobiernos saben pero miran para otro lado, o reaccionan tarde cuando el daño es irreversible, como en el caso del fabricante de piezas de aviones defectuosas que causó la muerte de varios pilotos de U.S.A. durante la segunda guerra mundial, o la contaminación del agua con cancerígenos por suerte famosa gracias a la película "Erin Brockovich" [tanto la Erin real como la actriz, casi tan bellas como Yael].

Yo no soy libertario porque en algunas cosas estoy a su derecha y en otras a su izquierda, tratándose esta es una ideología sobre la que juro que me encanta escuchar sus argumentos y que [no despectivamente] pero me causan cierta gracia, sobre todo cuando quienes reaccionan visceralmente ante sus propuestas no tienen ni una refutación que no sea destrozada en segundos por los libertarios [vean los excelentes reportajes hechos en los 60's a Ayn Rand, entre otras cosas porque se van a asombrar de lo respetuosos que eran entonces los periodistas].

Ayn Rand escribe la "Rebelión de Atlas", pues bien: Atlas es el fisicoculturista mitológico que sostiene al mundo sobre sus hombros, y Rand sostiene que los que hoy hacen su trabajo son los empresarios e inventores, y que si hicieran una huelga el mundo colapsaría. Para ello en su historia John Galt convence uno por uno a los "capitanes de la industria" de U.S.A. que se van fugando de la noche a la mañana y sin dar aviso, para vivir en una comunidad libertaria en un valle oculto en las montañas del oeste de norteamérica, levantando un pueblo precioso, con pista de aterrizaje incluída, sin haber llevado hasta allí ni a albañiles, ni plomeros, etc. No estoy afirmando que un grupo de empresarios no pueda descargar a mano un camión de materiales para la construcción, sino que pudiendo hacerlo, no lo van a querer hacer por más bueno que sea el discurso de John Galt. Por lo tanto una sociedad libertaria, incluso pequeña, sólo puede funcionar si un grupo mucho más grande de "no libertarios" se la edifican, pintan, limpian, y le hacen mantenimiento.

Y peor aún: alguien la tiene que vigilar y defender, y alguien tiene que vigilar a los que los defienden, a no ser que decidan vivir aislados sin contacto con el exterior como hoy hacen los Amish, y como siglos atrás creo que hicieron los espartanos hasta conseguir hacer desaparecer a su civilización.

Yo no quiero que el Estado controle mi vida, y por lo tanto menos quiero que el capitalista al que le compro la energía eléctrica a buen precio, para obtener más ganancias contamine sin cuidado al medio ambiente, o que alguien ponga a voluntad en mis alimentos a conservantes, espesantes, edulcorantes, saborizantes, y otras cosas, porque si estos empresarios no controlan mi vida, pues entonces controlan mi muerte, controlan y hacen lo que quieren con mis ahorros, con el valor de mis inmuebles, mi seguro, etc.

Entonces los controles y por lo menos un Estado mínimo deben existir, y recaudar impuestos en proporción a sus labores y, por desgracia, en proporción a lo que gasten los Estados vecinos, de lo contrario las industrias se fugarían hacia donde paguen menos impuestos, sin olvidar de contemplar al caso inverso: ¿ qué hacer cuando un vecino aumenta su presupuesto militar ?, siendo obvio que México no hará nada cuando U.S.A. aumente su presupuesto militar, pero... ¿ qué debe hacer Chile, que es mucho más liberal que Bolivia, si el gobierno socialista de "La Paz" aumenta su compra de armamento de guerra ?

Yael Farache le hace su propia crítica a los libertarios, y debo reconocer que es mucho más contundente que la mía [ver "El error libertario"] porque ella los acusa de ser indirectamente agentes comunistas.

Pues bien: el comunismo es una monarquía/tiranía absoluta por autoesclavización inducida de los súbditos, asegurada con el asesinato masivo de los opositores, y perpetuada mediante propaganda y el adoctrinamiento impartido desde la educación pública monopolizada por el Estado... ¿ en qué se parece esto a las ideas libertarias ?

Pues resulta que Marx asegura que las fallas internas del capitalismo lo llevarán al colapso y al triunfo inevitable del socialismo que terminará con el Estado liberal que es la herramienta del capitalismo para explotar a los pueblos.

En cambio, los libertarios se ríen de las estupideces marxistas, y proponen sacarse de encima al Estado, sólo porque les estorba para vivir más holgadamente.

Luego, ambos comparten el mismo fin, y Yael Farache conjetura que sin un Estado liberal democrático que nos cobije, estaríamos a merced de los Estados comunistas que prometen desaprecer pero ni señales dan de eso, sino todo lo contrario, aumentando permanentemente el poder y la presencia del Estado, la opresión, y la aniquilación de la voluntad del individuo.

Lo que parece irritar a Yael Farache mucho más que el shampoo en los ojos, no es que los comunistas fundamentalistas, cándidos, e ilustrados, se dejen sodomizar por los comunistas mercenarios [yo prefiero las categorías: zombies - castrados - pseudoilustrados - psicópatas], sino que desde las derechas se haya asumido como fascista, incorrecto, inmoral, excluyente, y discriminante, el atreverse a opinar en contra y luego a enfrentar a este tipo de individuos, pues tienen todo el derecho del mundo a ser libremente tan psicópatas como quieran.

¿ Por qué Stalin, Mao, Castro, etc. necesitaban destruir a occidente ?... no tiene sentido, pues estos hombres ya tenían todo el poder, las riquezas, las mujeres, las niñas, e incluso los niños necesarios para complacerlos, entonces encarar un guerra con el riesgo de perder el poder y adulación/veneración ya ganados, no tiene sentido. ¿ Acaso Fidel Castro le pidió misiles a la U.R.S.S. porque su ambición era ser el presidente de una U.S.A. conquistada por su ejército ?

Y si hipotéticamente la lucha y la pérdida de las vidas de miles de compatriotas hubiese sido desinteresadamente para liberar al pueblo de U.S.A. para que cambie a su gobierno democrático por una dictadura del proletariado... ¿ qué garantías se tendrían de que el Secretario General del Partido Comunista y Presidente del Soviet Supremo de los Estados Unidos de América, no fuese más poderoso que Stalin, y aún más psicópata, impredecible, y peligroso para la madre Rusia ?

Yael Farache, y muchos más, afirman que la izquierda ganó la "Batalla cultural", una batalla en donde pensadores de izquierda enfrentan a pensadores de derecha... ¡ en la cabeza de terceros !

¿ Y qué hacen esas legiones de terceros, acaso se van en balsa de Florida a Cuba ?... pues no, se declaran neutrales y como no saben cómo hacerlo, apenas si adoptan un léxico mixto, producto de una improductiva ensalada de eslogans de izquierda, con las viejas convicciones de derecha, y si a esto lo consideran una victoria, pues piensan como liliputienses: esto muy probablemente hubiera sucedido igual aunque no hubiesen nacido Marx, Engels, Lenin, Stalin, ni Mao.

La batalla técnico-científica la ganó la derecha y la batalla cultural de ninguna manera puede ser concluyente, y precisamente las izquierdas deberían saber que la mente de los adoctrinados no es como el negativo de una vieja cámara de fotos que no puede volver a imprimirse: la gente cambia y los jóvenes idealistas comunistas terminan siendo conservadores, incluso aunque se hayan quedado sordos y jamás hayan escuchado argumentos defensores de las ideas liberales. El comunismo implosionó como lo predijo Mises, no hubo una fiesta por la caída de la U.R.S.S. [apenas sí la hubo por la liberación de Berlín], el mercado libre terminó de globalizarse metiéndose en Rusia y China, mientras que los intelectuales de izquierda, aún derrotados, no saben qué mierda hacer con sus vidas y prosiguen con una batalla que incluso es previa a la U.R.S.S. [que tanto la ha patrocinado y hacer avanzar], previa a Marx, que ya se había manifestado durante la Revolución francesa, y que se remonta hasta la antigua Grecia de Aristóteles y Platón. Una batalla de 2.500 años que termina con Mc. Donald's haciendo fortunas en Shangai vendiendo comida basura. No sé si tenerles miedo a estos combatientes de la cultura, o si reírme de ellos y sus triunfos.

Creo que los intelectuales de izquierda después de varias décadas de diversión peleando contra el aire, finalmente despertaron al monstruo dormido y ahora liberales capacitados salen a diario a dar batalla y pisarles las cabezas sin piedad... la irrupción de Yael Farache es un hermoso ejemplo de esto, aunque no sin contradicciones como su apoyo a Trump que es proteccionista y por lo tanto no sería liberal, como por lo general no lo son los empresarios que parlotean como si fuesen de derecha, pero después pactan con todo tipos de gobiernos para asegurarse beneficios, proteccionismos, o consolidar monopolios.