Aunque suene disparatado, este es un ensayo sobre Pamela David, Keynes, y Macri. En enero hice cuatro descripciones del trabajo pseudo periodístico consistente en chupar medias más allá de lo imaginable. En febrero he seguido con otros cuatro sujetos kirchneristas que cobran sueldos del Estado para defender de la "A" a la "Z", a todos los antojos de C.F.K. y sus asociados, para permitirle reinar como una cínica avara absolutista, rodeada de su corte de aplaudidores, bufones, y testaferros. En marzo voy a hacerles ver la contracara con cuatro mujeres, por orden alfabético: una ex-Top Model más anti-izquierdas que derechista, una liberal-libertaria, una ex-izquierdista española, y una PRO [o sea: una liberal homeopática].

Pamela David constituye una excepción entre la gran cantidad de mujeres que adhirieron al kirchnerismo y que son calificables como las más hermosas del país [pertenecientes al mundo del modelaje y del espectáculo, dos actividades que se encargan de reclutar mujeres excepcionales], incluso muchas de ellas fueron amantes, parejas, y hasta varias se casaron con funcionarios o empresarios "K".

Divorciada de un basquetbolista [otra rareza: las mujeres "Top" los prefieren polistas o futbolistas, y en otra época: boxeadores], Pamela David tuvo un segundo matrimonio con lo que podría ser considerado por muchas madres como el yerno ideal: un empresario viejo y feo que improbablemente encuentre con quién serle infiel, que le daría una buena vida, buena educación para sus nietos, y en el peor de los casos un redituable divorcio [en una de esas es un buen tipo, pero me mata la envidia], pero como sea... Pamela David no se dedicó a tener más hijos, cuando por motivos de edad la nueva camada de modelos la alejaron de las pasarelas y las campañas publicitarias, sino que se decidió por conducir su propio programa de T.V. en el canal de televisión abierta de su marido, y contra todos los pronósticos, se animó a correr riesgos, los superó, y ha llegado a hacerlo muy bien, a diferencia de las varias modelos que hicieron algo similar pero no salieron ni del cable, ni de los programas de modas.

Pamela David tiene dos atributos como conductora: uno es que no se puede dejar de mirarla [al menos los varones], y la otra es una notable velocidad para reaccionar "sin filtro" cada vez que alguien le ha mentido en la cara.

Vale reconocer que hay un acuerdo tácito entre la T.V. y los políticos que, más o menos, dice así: "la única que puede incomodar a un entrevistado es Mirta Legrand", pero... Pamela David es la esposa del dueño del canal, así que ella es fresca, franca, peronista de derecha y, les guste o no les guste, dice lo que se le canta aunque no sepa un cuerno de economía opina sin saber pero con buenas intenciones [dicen que de buenas intenciones está hecho el camino al infierno] y nadie la puede tocar, no sólo porque no se puede tocar a nadie por lo que piensa, ya sea con o sin cámaras y micrófonos gananciales, sino porque Pamela se la jugó, se ha "reinventado", y está en su derecho de ser como es [de hecho, creo que tiene el derecho divino].

El kirchnerismo extremo dice que la mujer que hizo esta campaña publicitaria no tiene la estatura moral para criticarlos... pues: ¡ muéranse de envidia !, y justo en este año electoral arranca con un programa nuevo y, además de desearle un éxito [lo que doy por hecho] espero que sea una ventana para mostrarle al público una manera más amable de hacer otro programa más de chismes del espectáculo sin que corra sangre.

Ahora bien... ¿ Hasta dónde se puede decir con frescura lo primero que a uno le pase por la cabeza sin pasarse de la raya ?, porque lo que Pamela David hizo fue en cierta forma lo opuesto a lo que hizo Cobos, cuando dijo el célebre: "mi voto no es positivo", porque Pamela afirmó positiva y contundentemente estar muy feliz porque la nueva familia presidencial son muy blancos, y para muchos haber dicho eso y afirmar que este país está lleno de negros de mierda, es casi lo mismo.

El matrimonio precedente estaba integrado por un descendiente de alemanes y una medio judía, o sea: blancos, y de haber ganado Scioli [tan italiano como Macri], éste tenía tanto a su esposa como a su amante bien blancas y rubias.

De hecho, lo más oscurito que vimos salir por el balcón de la Casa Rosada fue Menem, tan árabe como Juliana Awada que, además de ser encantadora, esperemos que nos inmunice contra otro imbécil ataque islámico.

Sin vueltas Argentina es un país de inmigrantes, gobernado por inmigrantes, y no hubo nada parecido a un Evo Morales en Balcarce 50, cuya inquilina mundialmente más famosa paradójicamente fue Evita: alta, flaca, blanca, y rubia, una actriz "afeada" con un maquillaje insulso y un peinado de vieja para que pudiese desempeñar su mejor y único papel protagónico: el de política. Entonces, ¿ de dónde sale la identificación del peronismo con los negros, gordos, y grasas ?, pues bien, entendamos esto de una buena vez: el peronismo es una división de la clase media europea que logró ascender económicamente hasta clase media alta y alta, manipulando a los trabajadores de las clases bajas mal alimentados pero "gordos", con mestizaje indígena pero "negros", e incultos, vulgares, y de gustos para nada refinados, lo que se resume con la palabra "grasas". Esta manipulación consiste prácticamente en hablar todo el tiempo en otro idioma cuando están frente a las cámaras y micrófonos, ya sea hablándole a sus votantes, o debatiendo contra el resto de la clase media, usando palabras como reivindicaciones, derechos sociales, excluídos, etc., en los que se cagan olímpicamente mientras engrosan sus patrimonios, porque el fin único del discurso peronista es enemistar a la clase baja con la clase media para poder transferir dinero de ella hacia la clase baja pasando por sus sucias manos. Las clases altas con o sin peronismo hablando pestes de la oligarquía, son inmunes porque como ellas básicamente son productoras, o transfieren a los precios las consecuencias de las imbéciles políticas económicas populistas, o exportan y cobran en dólares. O sea que el peronismo haciendo gala ostentosa del refrán que dice "dime de qué te jactas, y te diré de qué careces", se llena la boca hablando de la lealtad, pero sus dirigentes, comunicadores, y periodistas, son siempre de clase media europea traicionando a la clase media, con la excepción de sus capangas, o intermediarios entre la dirigencia y las masas, me refiero a los sindicalistas conocidos como los "gordos", entre los que no figura pese a todos los esfuerzos que hace, un obeso como Baradel, el impresentable e incalificable representante de los docentes... ¡ que no es docente ! [y si hay que calificarlo, obviamente se lleva un aplazo].

Pero, con el peronismo derrotado, obviamente ahora más preocupante que la cantidad de melanina en la piel de los gobernantes, son las indecisiones mentales y bloqueos psicológicos que se reflejan en una política económica muy dubitativa de "Cambiemos", que se nota que le tiene miedo al peronismo, que no se anima a romper con el pasado estatista, y que apuesta a bajar la inflación sin dejar de emitir moneda y, sin que el Estado haga un carajo, espera que la actividad económica despegue porque ellos son blancos y lindos, y vencieron a los peronistas que son negros y feos, pero, resulta que la única actividad económica que genera crecimiento es la del conjunto de empresarios liberales, mientras que las de los empresarios keynesianos [peronistas o kirchneristas] le cuestan dinero al Estado... ¿ y con cuáles economistas se ha rodeado Macri ?, pues con los keynesianos no-liberales.

¿ Para qué mierda sirven las recetas de Keynes ?: Desde 1929 hasta 1973 sirvieron para manipular a los mercados y a la economía. La crisis del 29 les permitió comenzar a hacer sus alquimias que funcionaron mejor durante la segunda guerra mundial, con los mercados pensando en otra cosa. Pero, otra crisis como la de 1973 hizo descarrilar uno por uno a todos los gobiernos conducidos por economistas keynesianos y, para 1980, los neoliberales tomaron la conducción económica del primer mundo, pese a que lo hicieron definitivamente mal por negarse a abandonar ciertas políticas monetarias manipuladoras keynesianas que, entre 1980 y el año actual, evolucionaron de tal modo que ya no se los puede diferenciar y, pese a sus periódicas crisis, a los neoliberales cuasi keynesianos no se los ha podido desalojar del poder, ni peor aún, no se los ha expulsado de las universidades en donde ya no se enseña liberalismo sino casi exclusivamente una pseudo-ciencia deudora intelectual de fracasados como Keynes y Marx, uno abandonado en 1973, y el otro definitivamente abandonado en 1991, pero, nuestros economistas no pueden dejar de creer en lo que tuvieron que memorizar para recibir sus títulos universitarios, y luego trabajar de eso que creen hacer bien, e incluso llevar una buena vida y darles de comer a sus familias... por lo que no van a cambiar, es como si un astrónomo le mostrase un mapa estelar a un astrólogo: por más que le demuestren que sus signos no están en un mismo plano, y se les explique que la luz de cada estrella tarda un tiempo distinto en llegarnos, éste último no va a dejar de creer en la astrología, de hecho... ¿ por qué cambiar ?: sus libros con pronósticos no perjudican a nadie, se venden bien, y aveces aciertan, mientras que los economistas keynesianos no la embocan nunca, perjudican a millones de personas, y pese a ello siguen jodiendo y se les permite conducir el destino de varias tercas naciones que no quieren aprender de sus errores.

¿ Creerá el presidente Macri que un país que lleva 70 aņos de estatismo y una economía manipulada por los políticos, cuyos evidentes resultados fueron, primero la típica inflación crónica keynesiana, y segundo el llevarnos de jugar en primera a jugar en la "C", todavía no está listo para la libertad y necesita que él la siga manipulado por un tiempo "político" más, al menos hasta terminar con el déficit, y por eso se rodea con los obcecados expertos keynesianos locales.