No hay dos sin tres, y los trágicos asesinatos de menores van a seguir sucediendo... el asunto es ¿por qué?

Primero, si ya hubo dos asesinatos, no sería de extrañar que la cifra de niños golpeados, torturados, y hasta violados por sus padres y padrastros sea centenaria.

Segundo, las leyes no preveen tal tipo de criminalidad aberrante, pese a que tras siglos y siglos de historia, ya se han documentado millares de atrocidades en contra de los niños.

Se trata de una especie de estúpida cábala resumible así: "si no se lo nombra... no existe", o algo como "el Diablo no existe, pero mejor no lo invoquemos porque en una de esas se aparece"... obviamente algo muy idiota de nuestra parte.

Por cierto, el gobierno que democráticamante supimos entronizar abusa de esta cabalística, y no nombra a la inflación, el desempleo, ni por supuesto... a la inseguridad.

Eso sí... nos cansamos de oirlos hablar mal de Macri que, al fin y al cabo, es otro político más, y por lo tanto es de su propio palo [que de hecho, no nos olvidemos, fue llevado a la política por los peronistas en los 90's junto a Scioli, Reutemann, Campana, etc. para renovar su imagen].

Pero, pese a su responsabilidad, el político está lejos de los asesinos, mientras que quien está trabajando cerca es el inepto juez de turno que, hasta que el sujeto denunciado una docena de veces a causa de su violencia no asesine a alguien, lo va a seguir dejando en libertad.

Claro está que los jueces no son adivinos, que hay miles de amenazas que nunca se concretan, y hasta que hay centenares de denuncias falsas.

Pongamos de una buena vez a este tema fuera de la pelotudez de los testimonios orales, y dejemos actuar a la química usando a la "droga de la verdad" tanto para el denunciante como para el denunciado [en realidad es una falsa "droga de la verdad" pues cualquier anestésico que duerma profundamente a un paciente, le produce un lento despertar por etapas en las que no todos los frenos del cerebro están despiertos, y como consecuencia se obtiene la verdad ante las primeras preguntas hechas en ese breve lapso].

Pero lo más importante es el efecto en una sociedad que sabe que una denuncia lleva a los dos implicados a la camilla del anestesista, pues por lógica, con cero impunidad para amenazar van a bajar los casos que se judicialicen, y es entonces en donde el juez podrá prestarle más atención a los violentos y mentirosos patológicos.

Nosotros tenemos que pedir esto, mucho más que un endurecimiento de las leyes, o un cambio de jueces.