LA DEBACLE DE LOS MODELOS ECONOMICOS
Si a usted se le cae el cabello y encuentra un shampoo que le sirve para frenar el problema, verá como con el paso del tiempo comienza a ser menos efectivo. Las mujeres dicen que esto sucede porque el pelo se acostumbra [y por eso usan media docena de productos rotándolos], y en cambio yo sostenía que con el gobierno poniendo precios máximos, los laboratorios debían diluir cada vez más al pricipio activo, vendiéndonos cada vez más agua.
Con el tiempo todo se diluye con o sin gobierno al que responsabilizar, porque si no es por una causa, lo será
por otra, y así no solo tenemos cada vez shampoos de peor calidad, sino también leche, combustible, electricidad, sueldos,
y hasta una democracia diluida, con una economía post-convertibilidad de Cavallo, que en cierta forma sobrevive pero diluida por tres,
que crece comiéndose a nuestra clase media [la que no los votó en las grandes ciudades], que vía las transferencias de
ingresos que produce la inflación, paga la recuperación de los comercios e industrias de la clase alta, más los cientos
de subsidios que recibe la clase baja.
Yo acepto el éxito del modelo económico diseñado por Mendiguren y Remes Lenicov, y de hecho acepto a todos los modelos económicos porque todos funcionan... el tema es quiénes pagan los platos rotos y cuánto tiempo aguantan: El comunismo duró 70 años y lo pagaron tres generaciones de rusos viviendo de manera miserable siendo esclavos del partido en el poder, la convertibilidad de Cavallo duró 10 años sin inflación [y ya los vamos a extrañar], pero como ya dije, yo acepto el éxito del modelo económico diseñado por Mendiguren y Remes Lenicov, que le queda como un guante al peronismo de base populista y fuertes lazos con grandes sectores industriales que eternamente reclaman
proteccionismo. Si en determinados momentos el país requiere que se firme un pacto con el diablo, que los políticos [incluso los que no voté] lo firmen: reanudar la emisión monetaria, volver a las retenciones, cerrar las exportaciones para bajar los precios internos, los manejos estadísticos tan bien escritos, la mordaza a la prensa, y los subsidios a granel, son un camino válido para recorrer en determinados contextos económicos, pero, una vez que el gobierno resucita estas políticas [como en otro contexto se implementó con éxito la convertibilidad] cambia al contexto exitosamente, pero, al hacerlo sus políticas dejan de ser las adecuadas para el nuevo contexto creado, y sus efectos beneficiosos comienzan a diluirse y, como hacen los drogadictos, llevarán al gobierno a subir las dosis hasta que el modelo reviente como reventaron los de Cavallo, Sorrouille, Martínez de Hoz, Gelbard, etc.
Si suponemos por un momento que tengo razón, entonces no tendría ningún sentido que el
gobierno le salga con los tapones de punta a todo el que se le ponga a tiro, pues no hay responsables atentando contra el gobierno, y lo que
sucede es que simplemente los principios activos del modelo "Mendiguren-Lenicov" que emprolijó Lavagna y al cual se
aferran los Kirchner, se irán diluyendo ante la impotencia de cuanto ministro de economía se designe.
Si me equivoco lo probará la estabilidad total pues el gobierno no aumentaría por aburrimiento los
subsidios, retenciones, presiones sobre la prensa y los funcionarios del Indec, sino únicamente cuando las estadísticas
reservadas para uso interno le indiquen que la inflación [la segunda más alta del mundo] no puede frenarse y que todo se
caerá en algunos años, entonces, sin pretender que el gobierno acepte haber cometido algún error, y por lo tanto sin
pedirle que renuncie a su modelo o teoría económica moribunda, cabría
preguntarle con todo respeto cuál es la razón por la que trata de acelerarle la caída, a no ser que el gobierno especule
que la clase media puede aguantar veinte años de inflación antes de caer en otra hiper-inflación.
Esto implica que en algún momento el gobierno deberá hacerlo todo al revés, o sea: emitir
menos, bajar la inflación, acumular menos reservas, bajar las retenciones, bajar los subsidios, bajar el gasto público, privatizar
algunas cosas secundarias, y así dejar que otra vez la locomotora del crecimiento del país sea la clase media.
Al modelo no se lo salva forzándolo a trabajar a máxima potencia como hicieron en Chernobil,
pues es mejor un mediocre modelo vivo que uno bueno pero muerto [como les pasó a los radicales post-menemato atados a la
convertibilidad 1=1], y para ello no hay que apretar continuamente las riendas sino aflojarlas cuando corresponda según el sabio
entender de las personas que el pueblo ha elegido por su sabio entender, y no por su tozudez y fanatismo, las que ahora creo que por lo
menos tienen una teoría sobre la que apoyar sus futuras políticas para, al estilo de Greenspan que actuaba frenando o
liberando el crecimiento de la economía de U.S.A. usando a la tasa de los bonos del tesoro como herramienta, modestamente desde
aquí imitarlo aumentando o achicando las reservas dentro de una banda de seguridad bastante amplia y sin riesgos [el modelo de
Greenspan también a la larga reventó por el lado del mercado inmobiliario].
De este modo el gobierno no renuncia a sus líneas ideológicas [si es que a una más de las
diversas manipulaciones de las variables económicas puede dársele el nombre de "ideología"], sino que
puede ir y venir a voluntad por esas líneas y no como hasta ahora siempre en aumento en una sola dirección, como en un
tobogán donde por más voluntad que se tenga se está a merced de la gravedad, para bien o para mal sin ninguna
libertad para remontar jamás el camino andado.
Por último, ¿ por dónde empezar a dar marcha atrás sin atropellar
nada ?: Pues por los derechos sociales ya que el peronismo hace 50 años que no obtiene ninguna conquista social para las
masas, y el derecho social que falta es el derecho de los trabajadores al cobro del viático [como el salario ya está atrasado con respecto a la inflación, esta conquista debe ser por dos lados].
El viático se paga por el doble de el o los boletos de transporte público abonados por el trabajador para llegar al trabajo [el
doble porque obviamente éste deberá volver a su casa, siendo libre para volver como fue, o hacerlo caminado].
El viático se paga al día, y no pasará a integrar el salario para no ser diluido por la
inflación en pocos meses, y así cuando se bajen los subsidios al transporte, para el trabajador el aumento del boleto
será transferido a la patronal [que negocien entre empresas de transporte y las empresas de producción y comercio] y el
ahorro de subsidios podrá ser utilizado en mejorar el financiamiento de las empresas que se harán cargo de los viáticos,
o en bajarles proporcionalmente los impuestos.
La segunda parte de la conquista es que si las vacaciones son pagas mientras los trabajadores no trabajan, ¿ por
qué demonios el tiempo de viaje donde el trabajador no trabaja, pero sufre, no es pagado por el empleador, por ejemplo por la mitad
de lo que factura su hora de trabajo, pero, no expresada en pesos, sino en boletos de tren o colectivo, para no tener que renegociar nunca una
suba de precio pues se ajusta automáticamente con la suba del boleto de transporte [o sea que se pagarán en pesos
según la cotización del boleto].
Aquí nadie gana ni pierde sino que el sistema trata de ser optimizado con justicia, pues las empresas pagan
impuestos que se destinan a los subsidios al transporte que no controlan ni en su beneficio, ni en el de sus empleados [a los que a priori no
odian, sino que por el contrario necesitan en buena forma y bien descansados al comienzo de cada día].
Deshacer el triple nudo "inflación + subsidios al transporte + ilícitos con los combustibles",
cerraría el principal goteo-vertedero de dinero del gobierno, que no sólo no pagará ningún precio
político sino que se lleva todos los aplausos por conceder una conquista social que ni Perón se atrevió a imaginar.
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