CRISTINA, TRAE FATAY:
No creo que sea correcto validar a los países musulmanes [en donde reina la ley Sharía que reglamenta la virtual esclavitud de la mujer] con la presencia simbólica de nuestra más alta mandataria, pero... ¿ ahora qué podemos hacer ? nuestros progres se han estado llenando la boca con la palabrita "igualdad" y, perdón por si me equivoco, todos lo venimos haciendo desde hace 2.000 años por aquello de "todos somos iguales ante los ojos de Dios", hasta que a unos franceses se les ocurrió convertirlo en ley [y para ello cortaron algunas cabezas, o sea: no hubo tal igualdad porque algunos quedaron más bajitos] y después un tal Levi-Strauss dijo que todas las culturas eran iguales en el sentido que no se podía afirmar la existencia de superioridad alguna entre países, culturas, y obviamente también, entre religiones.
Pues bien, esta es la raíz del multiculturalismo que [como si fuera culpa nuestra] nos reclaman los musulmanes ¡ pero no cualquier musulmán sino el que vive en occidente !, cuando todos sabemos que en sus propios territorios no permiten que haya una sola iglesia cristiana, por lo tanto... ¿ multiculturalismo sin reciprocidad [por qué no se van a bañar] ?
Nuestra fe cristiana es muy superior... sí, digamos que en honor a la igualdad, los musulmanes lapidan a sus mujeres mientras que nosotros las acusábamos de practicar la brujería y después las quemábamos vivas, una igualdad que nos avergüenza, pero hemos evolucionado, y esa evolución nos ha hecho mejores que ellos [en conjunto, porque en todas las sociedades occidentales hay sujetos malos, malísimos, y pésimos].
Gracias a Dios, nuestra fe cristiana nos permite ser verdaderos ateos durante el 99% del año [exceptuando a "Semana santa" y la previa a la Navidad], sin que nadie nos acuse de ser herejes con la intención de condenarnos a la pena de muerte. Estamos en el siglo XXI y la religión con todas sus peculiaridades y contradicciones, ya es una tradición de cumplimiento voluntario y no una obligación ante la que, o nos sometemos, o morimos quemados como en el siglo XII.
El Islam [significa: "sometimiento"] debería tener ya mismo un "concilio" [o mejor dicho: su gente del siglo XXI debería tomar por las pestañas a los fanáticos religiosos y "ponerlos en remojo"] para lograr rescatar de sus tradiciones a todo lo que "tenga color" pero que no haga imposible la coexistencia con las otras estúpidas religiones, reformulando para un mundo ateo en donde no reina ningún Dios, sino la ciencia, el cómo cuernos debe interpretarse el Corán: un libro de paz, amor, y brutales incoherencias y contradicciones, porque en su parte final se contradice todo lo bueno dicho en la parte inicial y, desafortunadamente por el principio de "abrogación", cada vez que se presente una contradicción entre las suras que Mahoma les dictaba a sus seguidores [porque además de ser un viejo pedófilo, Mahoma era analfabeto], pues vale la última sura que suele ser la más intolerante y violenta.
Para invitarlos a hacer ese concilio en Buenos Aires hubiera sido bueno que viajase Cristina al Magreb. No está mal salir de viaje de tanto en tanto, pero creo que eso a Argentina no la beneficia, como sí creo que parte de nuestro futuro en paz se juega en las buenas relaciones con Palestina, Jordania, y sobre todo Siria [musulmanes árabes], no sea cosa que nos hagan otro atentado como los dos que nos hicieron los iraníes [musulmanes persas]. Por lo que deberíamos enseñarles a hablar en árabe a nuestros cascos azules, y a nuestros médicos sin fronteras.
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