![]() | Nota 3: ¿ Ahora sin Hefner, quién podrá defendernos ? Parte de los gastos de más que hace el Estado últimamente son en oficinas con burócratas militantes izquierdistas ocupándose desde hace décadas y sin ninguna evaluación de resultados supuestamente en el desarrollo de la mujer, la secretaría de la mujer, la casa de la mujer, las conferencias para la mujer [con suculentos viáticos], la defensoría de la mujer, y lo mismo para los que se creen mujeres: la secretaría trans[sexual], la casa trans, etc. y por la poca cantidad de personas con este desorden mental [disforia de género], los gastos "trans" son cualquier cosa menos transparentes, por ejemplo, otro desorden mental como la claustrofobia tiene más afectados y no recibe ni un peso de ayuda estatal, ni han construido una casa del claustrofóbico con techo corredizo. |
Derecha claudiana: El Estado de hoy pero con el poder atomizado, federalizado, democratizado, y sin duplicaciones: si hay un ministro de salud nacional [votado sólo por los médicos], entonces no habrán ministerios provinciales, y si hay una multitud de ministerios de educación provinciales [donde sólo votan los docentes y sus clientes: los padres de los alumnos], entonces no tiene sentido tener un ministerio de educación nacional y, obviamente... ¡ no hace falta una deficitaria aerolínea de bandera, habiendo aerolíneas privadas... por más lindas que sean las azafatas ! [La solución para las aerolíneas de bandera deficitarias en el capítulo 14 "Subsidios"]. |
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La sociedad occidental premia al exitoso, creativo, trabajador, perseverante, y ahorrador, pero
también cuida del resto con varias formas de cobertura, pero, a las mujeres feas no hay modo de darles
ni un hombre lindo, ni uno exitoso aunque ya sea viejo... entonces las izquierdas corren por las mujeres
resentidas para reclutarlas [Ver análisis de esta foto en la ley N°3].
¿ Se quejan por la brecha salarial entre los sexos ?, pues bien, es un hecho indiscutible que el piloto de un avión gana más que una azafata, pero, "intragénero" esta belleza, según los parámetros feministas del siglo XXI, gana mucho menos, o nada, compitiendo contra la modelo semi-vestida como azafata que honra con su presencia a este texto algunas poca líneas arriba. |
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