Stéphane Hessel nació en Berlín en 1917, de padre judío, escritor, traductor, Franz
Hessel, y madre pintora, melómana, Helen Grund, escritora también. Sus padres se
establecieron en París en 1924, con sus dos hijos, Ulrico, el mayor, y Stéphane. Gracias al medio familiar, los dos frecuentaron la vanguardia parisiense, con el dadaísta
Marcel Duchamp y el escultor americano Alexander Calder. Stéphane entra en la
Escuela normal superior de la calle de Ulm en 1939, pero la guerra interrumpe sus
estudios. Nacionalizado francés después de 1937, es movilizado y conoce el horror
de la guerra, ve al mariscal Pétain liquidar la soberanía francesa. En mayo de 1941,
se unió a la Francia libre del general De Gaulle, en Londres. Trabaja en la Oficina
de contra-espionaje, de Inteligencia y de acción (BCRA). Una noche de fin de marzo
de 1944, desembarca clandestinamente en Francia bajo el apodo "Greco" con la
misión de entrar en contacto con los diferentes resistentes parisinos, de encontrar
nuevos lugares de emisión de radio para hacer pasar a Londres las informaciones
recogidas, en vista del desembarco aliado.
El 10 de julio de 1944, es detenido en París por la GESTAPO por una denuncia.
"No perseguimos a los que hablan bajo tortura", escribirá en un libro de memorias,
Bailando con el siglo, en 1997. Después de los interrogatorios bajo tortura -incluyendo la prueba de la bañera, pero él confunde a sus torturadores hablando en alemán, su lengua natal- es enviado al campo de Buchenwald, en Alemania, el 8 de
agosto de 1944, a algunos días de la liberación de París. En vísperas de ser ahorcado,
logra in extremis cambiar su identidad por la de un francés muerto de tifus, es transferido al campo de Rottleberode en la proximidad del tren de fábrica de aterrizaje
de los bombarderos alemanes, los Junker 52, pero felizmente -su suerte eterna-, es
adscrito al servicio de contabilidad. Se evade. Es desplazado al campo de Dora
donde son fabricados los V-1 y V-2, estos bombarderos con los cuáles los nazis esperan todavía ganar la guerra. Agregado a la compañía disciplinaria, se evade de
nuevo y esta vez para bien; las tropas aliadas se cierran en Dora. Al fin, vuelve París,
con su mujer Vitia -madre de sus tres hijos, dos chicos y una chica.
Esta vida restituida, "le hace comprometerse", escribe el anciano de la Francia
libre, en sus memorias. En 1946, después de haber tenido éxito en el concurso de
entrada al ministerio de Asuntos Exteriores, Stéphane Hessel llega a ser diplomático.
Su primer puesto es en las ONU donde, aquel año, Henri Laugier, secretario general
adjunto de las Naciones Unidas y secretario de la Comisión de los derechos del
hombre, le propone ser su secretario de gabinete. Es con este título con el que Stéphane Hessel se unió a la comisión encargada de elaborar lo que será la Declaración
Universal de los Derechos del Hombre. Se considera que sobre sus doce miembros,
seis han jugado un papel esencial: Eleanor Roosevelt, la viuda del Presidente Roosevelt muerto en 1945, feminista comprometida, preside la comisión, el doctor
Chang (China de Tchang Kaïchek y no de Mao): vicepresidente de la comisión,
afirma que la Declaración no sólo debe ser un reflejo de las ideas occidentales; Charles Habib Malik (Libano), relator de la comisión, a menudo presentado como "la
fuerza motriz" con Eleanor Roosevelt; René Bassin (Francia), jurista y diplomático,
presidente de la comisión consultiva de los Derechos de Hombre con el Quai
d'Orsay; se le debe la redacción de varios artículos y de haber sido capaz de hacer
frente a los temores de ciertos Estados, incluida Francia, al ver su soberanía colonial
amenazada por esta declaración -había una concepción exigente e intervencionista
de los Derechos del hombre; John Peters Humphrey (Canadá), abogado y diplomático, colaborador próximo de Laugier, escribe el primer proyecto, un documento de
400 páginas; por fin Stéphane Hessel (Francia), diplomático, jefe de gabinete del
mismo Laugier, el más joven. Se ve cómo el espíritu de la Francia libre inspiró esta
comisión.
La Declaración es adoptada el 10 de diciembre de 1948 por las Naciones Unidas
en el palacio de Chaillot, en París. Con la afluencia de nuevos funcionarios, y muchos que codician un puesto bien remunerado "aislamiento de los marginados en
busca de ideales" según el propio comentario de Hessel en sus memorias. Deja las
Naciones Unidas. Es asignado por el Ministerio de Asuntos Exteriores a la representación de Francia en el seno de instituciones internacionales, la ocasión de regresar
temporalmente, en este puesto, a New York y las Naciones Unidas.
Durante la guerra de Argelia, milita a favor de la independencia argelina. En 1977,
con la complicidad del secretario general del Eliseo, Claude Brossolette, el hijo de
Pierre, jefe en otro tiempo del BCRA, se le propone por el presidente Valéry Giscard
d'Estaing al puesto de embajador cerca de las Naciones Unidas, en Ginebra. él no
oculta que, de todos los hombres de Estado francés, el que ha sentido más cercano
es Pierre Mendès France, conocido en Londres en la época de la Francia libre y reencontrado en las Naciones Unidas en 1946 en New York, donde este último representa a Francia en el seno del Consejo económico y social. Va a deber su
consagración como diplomático a "esta modificación en el gobierno de Francia, escribe sin embargo, que constituye la llegada de Francois Miterrand al Eliseo", en
1981. "ésta ha hecho de un diplomático estrechamente especializado en cooperación multilateral, a dos años de su retiro, un embajador de Francia".
Se adhiere al partido socialista. "Me pregunto, ¿ por qué ? Primera respuesta: el
choque del año 1995. No imaginaba a los franceses tan imprudentes para llevar a
Jacques Chirac a la presidencia". Disponiendo ahora de un pasaporte diplomático,
se va con su nueva mujer en 2008 y 2009, a la franja de Gaza y a su vuelta refleja
la dolorosa existencia de los Gazauís. "Yo siempre me he situado del lado de los disidentes, declara en la misma época".
Así opina Hessel, a los 93 años.
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